Horas después de que, el pasado 17 de julio, un tanque israelí lanzara un proyectil al templo y causara tres muertos y diez heridos en la Parroquia de la Sagrada Familia de Gaza, la única católica de la franja palestina, León XIV recibió una llamada del primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, en la que este atribuyó lo ocurrido a “un accidente”.
En la conversación, como reflejó el posterior comunicado vaticano, Prevost “reiteró su llamamiento a un nuevo impulso a negociar acciones y alcanzar un alto el fuego y el fin de la guerra”. Además, “volvió a expresar su preocupación por la dramática situación humanitaria de la población de Gaza, cuyo precio desgarrador lo pagan especialmente los niños, los ancianos y los enfermos”.
Cuatro días después, la Santa Sede acaba de confirmar que, este 22 de julio, León XIV también ha recibido la llamada de Mahmoud Abbas, “presidente del Estado de Palestina”, dialogando “sobre los recientes acontecimientos en el conflicto de la Franja de Gaza y la violencia en Cisjordania”.
Francisco y Mahmoud Abbas
En la charla, “el Santo Padre renovó su llamamiento al pleno respeto del Derecho Internacional Humanitario, subrayando la obligación de proteger a los civiles y los lugares santos y la prohibición del uso indiscriminado de la fuerza y del desplazamiento forzado de la población”.
“Dada la dramática situación humanitaria”, Prevost y Abbas coincidieron en “la urgencia de socorrer a los más expuestos a las consecuencias del conflicto y de permitir la adecuada entrada de la ayuda humanitaria”.
Finalmente, el Papa “recordó el 10º aniversario del Acuerdo Global entre la Santa Sede y el Estado de Palestina, firmado el 26 de junio de 2015 y que entró en vigor el 2 de enero de 2016”. Por el mismo, la Santa Sede pasó a considerar a Palestina como un Estado “soberano e independiente”, defendiendo la coexistencia pacífica con el Estado de Israel.